Vancouver: las familias al centro

La ciudad se posiciona como referente en políticas de recuperación de áreas centrales.

Durante el siglo XX, Canadá, al igual que EE.UU., atravesó un proceso de suburbanización que transformó sus ciudades y moldeó las formas de habitar. La casa unifamiliar en los suburbios —adquirida mediante crédito hipotecario— se convirtió en el ideal aspiracional de las familias frente a centros urbanos asociados a la pobreza, la polución y la inseguridad.

En Vancouver, esto implicó que, entre los años 50 y 80, la construcción de vivienda en el centro y alrededores se limitara casi exclusivamente a monoambientes y dos ambientes, es decir, departamentos pequeños para una o dos personas y destinados principalmente al alquiler. La incorporación de unidades de dos o más dormitorios, aptas para familias, fue muy baja y la de unidades de este tipo orientadas al alquiler, aún menor. Durante este periodo, mientras los desarrollos se enfocaban en las unidades más pequeñas y rentables, las familias quedaron rezagadas. No se contempló la posibilidad de que se mudaran a estas áreas, ni mucho menos que lo hicieran por medio de un alquiler. 

La Ciudad tomó nota de esta problemática, especialmente al momento de desarrollar estrategias de densificación y de recuperación del área central con usos residenciales. En los años 90, se desarrollaron guías de recomendaciones de diseño para que los futuros desarrollos inmobiliarios incorporaran la perspectiva familiar en las decisiones de proyecto. Pero, fue a través de la normativa que se aseguró la inclusión efectiva de vivienda familiar (con dos o más dormitorios) en los emprendimientos residenciales al definirse un piso obligatorio del 25% de unidades de estas características. La medida fue exitosa, especialmente para sumar unidades de dos dormitorios. En 2016, la exigencia se elevó al 35 % de las unidades, de las cuales al menos un 10 % deben ser de tres o más dormitorios. En los desarrollos públicos o mixtos, el piso definido fue aún mayor: alrededor del 50 %. Pero la ciudad fue incluso más allá, al crear mecanismos para producir viviendas destinadas a familias inquilinas, para atraer distintos perfiles de familia y no solo para aquellas que pudieran acceder a la propiedad.

En ese sentido, en 2012, se implementó el City Secured Market o Mercado Asegurado de la Ciudad, un programa para ampliar la oferta de alquileres moderados y asequibles mediante nuevos desarrollos que deben cumplir una serie de condiciones, incluyendo los pisos de vivienda familiar. El carácter asequible se define por la ubicación, el tamaño, el diseño y el nivel de terminaciones de los proyectos. Además, deben destinar el 100% de la superficie residencial al alquiler, durante al menos 60 años. Para reducir los costos de la construcción, se permiten excepciones a los requisitos mínimos de superficie y estacionamiento, además de otorgarles exenciones de impuestos municipales. Pero uno de los principales incentivos consiste en la posibilidad de incrementar la constructibilidad a partir de modificaciones en la zonificación. 

A partir de la implementación sostenida de estas estrategias, articuladas, a su vez, con inversiones en equipamiento y en la adaptación del espacio público; hoy Vancouver se posiciona como un referente en políticas de recuperación de áreas centrales.

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