La matrícula escolar se estanca y crece la brecha entre el norte y el sur de la Ciudad

Un informe del Observatorio de Políticas Sociales reveló que la educación en la Ciudad de Buenos Aires mantiene desde hace más de una década una matrícula congelada en torno a los 570 mil alumnos. Las comunas del sur concentran el mayor porcentaje de estudiantes en escuelas públicas, mientras que el norte se consolida como territorio privado.

Desde 2011, la cantidad de estudiantes en la educación común porteña —es decir, inicial, primaria y secundaria— se mantiene prácticamente igual, entre 570 y 600 mil alumnos. Pero detrás de esa aparente estabilidad, el informe “Política educativa en la Ciudad: Matrícula y gestión”, elaborado por el Observatorio de Políticas Sociales del Ministerio Público de la Defensa, expone una grieta silenciosa: la que separa al norte del sur.

Mientras en Palermo o Belgrano más del 60% de los chicos asisten a colegios privados, en Lugano o Soldati casi el 70% cursa en el sistema estatal. Las comunas 4 y 8 concentran el 28% de los adultos que no terminaron el secundario, y sus promedios de escolarización son hasta cinco años más bajos que los del norte. “La diferencia entre la Comuna 8 y la 14 es de 39 puntos”, señala el estudio, con una precisión que, en términos humanos, significa destinos divergentes.

El nivel inicial es el más golpeado: desde 2017, la demanda de vacantes disminuyó un 20%. En las salas de lactantes y deambuladores, la matrícula apenas representa el 4,5% del total, un dato que desnuda la falta de infraestructura para la primera infancia. En contraste, el nivel secundario muestra una mejora: la tasa de egreso pasó del 56% al 86% en los últimos seis años, aunque todavía uno de cada cuatro alumnos del sistema estatal no logra terminar.

La paridad de población estudiantil entre la educación pública y la privada —con la mitad de los alumnos en escuelas estatales y la otra mitad en privadas— no se debe a una elección equitativa de las familias, sino al fuerte respaldo financiero del Estado: el Gobierno porteño destina, en promedio, un 16% del presupuesto educativo a subsidiar colegios privados. Según el Observatorio, esa política permitió mantener estable la matrícula total, pero al precio de profundizar la brecha entre el norte y el sur de la Ciudad.

En las comunas del norte, las estadísticas parecen de otro país. En el sur, las cifras narran una historia distinta.

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