En el contexto de las negociaciones por candidaturas entre el Pro y La Libertad Avanza, el jefe de Gobierno, Jorge Macri, anunció, a inicios de la semana, que exigirá “limpieza y orden” a quienes remueven basura de los contenedores en la Ciudad de Buenos Aires. La vocera del GCBA, Laura Alonso, dio un paso más y aseguró que habrá multas de hasta $900 mil a quienes les “gusta hurgar la basura”.
El mensaje de Alonso generó el inmediato repudio de legisladores de diferentes espacios políticos, como Manuela Thourte, Emmanuel Ferrario, Graciela Ocaña, Claudia Neira, Juan Modarelli, Victoria Freire o Gabriel Solano, entre otros, mientras que la exlegisladora Ofelia Fernández cruzó con dureza a la funcionaria porteña. “Vos sos basura Laura, anda a limpiar los contenedores que lo vas a sentir idéntico a lavarte la cara cada mañana”, publicó en sus redes.
Por su parte, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina también tomó posición. En su mensaje por la Fiesta de San Cayetano, aseguró: “En tiempos difíciles, valoramos todas las formas de trabajo: el empleo formal, los emprendimientos familiares, la economía popular, el reciclado, las changas. Toda actividad que, con esfuerzo, lleva dignamente el pan a la mesa merece ser reconocida, acompañada y protegida”.
Al día siguiente de esta medida, el jefe de Gobierno desalojó “un predio tomado por cartoneros” en Villa del Parque, lo que generó una importante movilización de recicladores hacia el Ministerio de Espacio Público de la Ciudad.
Esta decisión se enmarca en un contexto de endurecimiento de las acciones del Gobierno de la Ciudad contra el sector. A fines de julio, Jorge Macri había anunciado el “fin a los privilegios de organizaciones ligadas a Grabois” al terminar con el financiamiento del traslado diario de recuperadores urbanos que viajan desde distintos puntos de la Provincia, iniciativa que fue duramente criticada por el bloque de legisladores de Unión por la Patria.