El Edificio Femenil, un ícono de Caballito

Fue proyectado por el arquitecto Eustaquio Ballester e inaugurado en 1928. Ocupa media manzana y fue uno de los más voluminosos del barrio. ¿Por qué lleva ese nombre?

El estilo del edificio mezcla academicismo francés con mansarda en el último piso, pórtico de columnas y balcones corridos. Tiene planta baja más ocho pisos altos y está dividido en cuatro bloques independientes con patio interior.

La construcción estuvo a cargo de la empresa Compañía General de Obras Públicas (Geopé) (GEOPE) y usó estructura de hormigón armado, tecnología avanzada en Buenos Aires de fines de la década de 1920.

En su momento, el Edificio Femenil representó un nuevo paradigma de vivienda colectiva para clase media y media-alta en Caballito: vivienda en altura, locales comerciales en planta baja, acceso ferroviario cercano.

La planta baja albergó originalmente la Revista Femenil, destinada al público femenino urbano de los años 20, lo que le da nombre al edificio. En ese tiempo la prensa femenina se volvía negocio y espacio de visibilidad social.

La Revista Femenil impulsó la relación entre arquitectura, comercio y prensa. Que un edificio lleve su nombre revela el peso económico-cultural del periodismo femenino en esa época. El frontis aún exhibe la palabra “Femenil” en cursiva.

Se dice que el poeta Baldomero Fernández Moreno se inspiró en este edificio para su verso “setenta balcones y ninguna flor”, aunque es leyenda urbana. El dato ilustra cómo el edificio se volvió icono barrial.

Al diseñarlo Ballester buscó monumentalidad: el pórtico de columnas destaca en Rivadavia, la mansarda remata el volumen, los cuatro accesos muestran la escala del edificio. Fue “el edificio de alquiler” por excelencia en su tiempo.

El Edificio Femenil fue declarado de interés cultural por la Legislatura porteña en 2013. Tiene más de 90 departamentos, 10 locales comerciales y conserva su estructura original de hormigón armado de 1928.

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